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María Menín: la mujer que sueña con hacer crecer la empresa que su padre le legó

Ella junto a sus dos hermanos se hacen cargo de Menín Construcciones. La herencia de sus padres, su experiencia como mujer en un rubro en el que predominan hombres y las expectativas puestas en la diversificación.

Cuando hay un líder tan fuerte dentro de una empresa como lo era Oscar Menín, para sus herederos es un enorme desafío hacerse cargo de una firma que su padre supo armar desde cero. Así lo vivió María Menín junto a sus hermanos, hoy al frente de Menín Construcciones, una compañía que lleva medio siglo haciendo las rutas que transitan los sanjuaninos. Su experiencia como mujer en rubro calificado como machista.

Hace tres años Oscar Menín, conocido por todos como Cacho, murió. Sus hijos: Verónica, Alejandro y María se hicieron cargo de la sucesión. María nunca había trabajado en la empresa de su padre. Ella es licenciada en Recursos Humanos y aportó su fuerza laboral a la empresa Molinos Río de La Plata, de Gregorio Pérez Companc. Pero cuando falleció Oscar, los tres se unieron y decidieron ponerse al frente de la compañía que lleva el apellido de su padre, el todólogo, como lo define inteligentemente María.

“Mi papá era era gomero, hijo de un gomero también, de la Esquina Colorada. Era un tipo que llegó a hacer lo que hizo con muchísimo esfuerzo y disciplina.  Era otra época, otro contexto de país. Tenía una disciplina, tuvo una visión, le decían ingeniero, pero nunca terminó la carrera, salió técnico vial de la Industrial pero nunca terminó la carrera de Ingeniería porque empezó a crecer tanto que se puso a laburar. No venía del palo, no heredó nada, llegar al nivel de él es muy desafiante”, explicó María.

En el equipo cada hermano cumple un papel específico. María es quien se encarga de las relaciones institucionales, es la cara visible de la empresa en las organizaciones intermedias, es quien se hace cargo del diálogo. Alejandro está más abocado a los vinos, otro rubro de los Menín y Verónica es la más ordenada y esa impronta le ha dado a la firma, que tiene más de 100 empleados.

Aunque María nunca pensó que iba a dedicarse a la construcción, finalmente lo hizo y ahora le encanta. “Cuando uno estudia Recursos Humanos es muy naif, no hago exclusivamente recursos humanos, hago relaciones institucionales, la parte de los números no es lo mío. He tenido que hacer cosas que no me gustan, sí, como todos, esto derriba mitos que porque uno es dueño no hace cosas que no le gusta”, dijo.

A la dificultad que implicó hacerse cargo una empresa unipersonal, se le sumó la pandemia. A pesar de que la construcción no fue el rubro más golpeado, fue complejo armar logísticas, que se enfermen los trabajadores de los campamentos y bajarlos de donde estén. A esto se le sumó pagar sueldos con obras paradas, porque las que continuaron en un primer momento fueron las empresas que construyen hospitales, escuelas y viviendas.

“La pandemia nos atravesó, la construcción no fue una actividad que estuvo tan parada. Nosotros perdimos al padre de mi cuñada, murió de Covid en tres días, atravesó no solo la pandemia en términos económicos sino también en lo personal. Dentro de todo lo malo, hay que ser optimista, San Juan se siguió moviendo, la minería impulsa, dentro de todo lo malo, podría haber sido peor. Pagar sueldos cuando estás parado, es muy difícil”.

María nunca quiso ser trabajadora en relación de dependencia. Creció con un fuerte impulso y con ganas de apostar. Además de trabajar en la empresa Menín, hace búsquedas y asesoramiento para otras firmas.

¿Heredar una empresa genera más presión? “Sabés la cantidad de veces que llega alguien a las 8 y se sorprende. Hay una ilusión de pensar que los que heredan tienen suerte. El que no tiene disciplina y voluntad no llega lejos. No todo el mundo tiene las mismas oportunidades, es verdad eso también, pero es mucho más fácil menospreciar el trabajo ajeno que darse cuenta que hay mucho esfuerzo”, indicó.

La empresaria cree que las mujeres son multitasking por naturaleza. “Hoy puedo trabajar todo el día, pero durante cinco años me dediqué a la crianza, me tocó relegarme más a mí, no fue súper feliz, lo viví como ¡que injusto! La parte económica de la mujer influye, no cobramos lo mismo al mismo trabajo, las mujeres por desempeño nos merecemos estar en todos lados. Soy feliz laburando”, compartió.

El desafío principal que tiene por delante es que la empresa siga creciendo. Ahora van por nuevos nichos de mercado, como el inmobiliario. Espera que haya más profesionales dedicados al rubro vial, porque cada vez es más difícil de encontrar. “Ahora vamos por el segundo tiempo del partido”, cerró.

Fuente: Redacción Tiempo de San Juan